Mensaje del Director Ejecutivo del IIDH en ocasión del
Día Internacional de la Mujer
“La pobreza tiene graves consecuencias en el goce y ejercicio pleno de los derechos de las mujeres en Latinoamérica”. Roberto Cuéllar M., Director del IIDH
San José, Costa Rica, 8 de marzo de 2007. Los derechos humanos de las mujeres son la señal y el signo más visible de los cambios en los derechos humanos internacionales. La igualdad entre mujeres y hombres no es solamente una condición a la que aspiran las sociedades democráticas. Es una lucha por la justicia que ha logrado transformaciones en los aspectos laborales y políticos muy relevantes en el hemisferio americano. Las sociedades más prósperas son aquellas en que se dan mayores niveles de igualdad entre mujeres y hombres, configurando un ejercicio integral de los derechos humanos, desde el campo laboral y de la salud hasta el desarrollo económico y social. En las Américas son pocos los países que han generado prosperidad y equidad económica. Los que lo han conseguido solo reflejan importantes cifras de crecimiento cuando mejora la condición y los derechos de las mujeres.
La comunidad interamericana enfrenta un particular desafío en materia de derechos humanos: lograr que el conjunto de derechos -civiles, políticos, económicos, sociales y culturales- sean parte de la vida de las personas. América Latina es el continente más desigual del mundo y las condiciones de pobreza que padecen mujeres y hombres de la región, tienen graves implicaciones en el ejercicio de la ciudadanía y del conjunto de derechos. Pero además, la pobreza tiene un marcado rostro e impacto de mujer.
El Instituto Interamericano de Derechos Humanos se une nuevamente a las celebraciones mundiales en ocasión de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, que simboliza la lucha por el goce y ejercicio pleno de los derechos humanos de la mitad de la población mundial: las mujeres.
Hombres y mujeres experimentan la pobreza de manera diferenciada. En América Latina y el Caribe, las mujeres sufren una serie de desventajas que comprenden el trabajo doméstico no remunerado y la falta de reconocimiento social, el mayor desempleo y la discriminación salarial, así como la desigualdad del acceso, uso y control de los recursos productivos y la lentitud del progreso de su participación política. La pobreza y el ejercicio pleno de los derechos económicos y sociales están profundamente relacionados, afectando además a los derechos políticos y al ejercicio de la ciudadanía.
En el año 2000 la ONU señalaba que de los 1.500 millones de personas que viven con 1 dólar o menos al día, la mayoría son mujeres. Esta situación no cambia en América Latina hoy: “La promoción de la igualdad y equidad de género no es solo un fin en sí mismo, sino un medio indispensable para la consecución de la meta de reducción de la pobreza” (Objetivos de Desarrollo del Milenio).
Por otra parte, el cobarde flagelo de la violencia contra la mujer, en el ámbito doméstico y público, es una violación continuada que aún no se ha podido erradicar y en varios países de América sigue siendo una amenaza y agresión a la dignidad e integridad de las mujeres. Es en el marco de la desproporcionada cultura patriarcal donde se han desarrollado las agresiones públicas y violencia masculina, que en algunas zonas de América son auténtica tragedia humana.
Para el IIDH es urgente erradicar y enfrentar desde la escuela una cultura cargada de violencia, intolerancia y discriminación y por ello, en la Conferencia ministerial interamericana de educación en derechos humanos (Panamá, 1 y 2 de junio 2007), el IIDH presentará una propuesta curricular para incorporar la enseñanza en derechos humanos, incluso con la pedagogía sobre la igualdad de sexos en todos los planos de las relaciones humanas y sociales, ante los 19 ministros de educación de los países firmantes del Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador).
La lucha contra la intolerancia es prioritaria y urgente para terminar con cualquier forma de discriminación contra las mujeres. El IIDH está convencido de la promoción activa de los derechos de las mujeres e insta a que levanten su voz con más fuerza para defender la plena libertad y terminar con cualquier vestigio de sometimiento social, masculino o político, inexcusable en las democracias de hoy. A través de la lucha frontal ante las violaciones, por medio de la promoción activa de la justicia para hacer valer sus derechos y de la educación para aceptar las diferencias, desde la primera edad escolar, podremos erradicar las desigualdades que subsisten en las Américas.
Message from IIHR Executive Director on the occasion of
International Women’s Day
“Poverty has a serious impact on the full enjoyment and exercise of women’s rights in Latin America” - Roberto Cuéllar M., IIHR Director
San José, Costa Rica, 8 March, 2007. Women’s rights are the most visible signal and sign of changes in international human rights. Equality between men and women is not only a condition to which democratic societies aspire. It is a fight for justice that has transformed aspects of labor and politics that are relevant to the Americas. The most prosperous societies are those which men and women are given equal status, which forms the basic exercise of human rights from work to health to economic and social development. There are few countries in the Americas that have established prosperity and economic equity; those that have moved forward only reflect important growth when improving the condition and rights of women.
The inter-American community faces a particular challenge in the area of human rights: ensuring that a set of rights –civil, political, economic, social and cultural– is part of human life. Latin America is the most unequal continent in the world and conditions of poverty in which women and men suffer have serious implications for the exercise of citizenship and unity of rights. Even worse, poverty has a notable presence and impact on women.
The Inter-American Institute of Human Rights again joins the global celebration of International Women’s Day, which symbolizes the fight for the full enjoyment and exercise of human rights for half of the world’s population: women.
Men and women experience poverty in a different manner. In Latin America and the Caribbean, women suffer a series of disadvantages, including non-remunerated domestic work and a lack of social recognition, high-unemployment and discriminatory salaries, as well as unequal access, use and control of productive resources and slow progress toward political participation. Poverty and the full exercise of economic and social rights are deeply interrelated, and affect political rights and the exercise of citizenship.
In 2000, the UN estimated that 1.5 million people live on 1 dollar or less per day, of which the majority are women. This situation has not changed for Latin America: “The promotion of equality and gender equity is not an end in itself, but rather an indispensable tool for achieving the goal of reducing poverty” (Millennium Development Goals).
On the other hand, cowardly violence against women, both in domestic and public spheres, is a constant violation that has still not been eradicated; in various Latin American countries, it continues to be a threat and aggression toward the dignity and integrity of women. Public aggression and male violence have developed in a context of a disproportionately patriarchal culture, so that in some regions of the Americas have become true human tragedies.
For the IIHR, it is urgent to eradicate and confront a culture plagued by violence, intolerance and discrimination in schools. Based on this belief, the IIHR will present a curricular proposal to incorporate human rights teaching in education plans, including pedagogy on gender equality in human and social relations. This will take place at the Inter-American Ministerial Conference on Human Rights Education (Panama, June 1 and 2, 2007) with the participation of the 19 education ministers from signatory countries to the Additional Protocol to the American Convention on Human Rights in the area of Economic, Social and Cultural Rights (Protocol of San Salvador).
The fight against intolerance is an urgent priority in ending all forms of discrimination against women. The IIHR believes strongly in the active promotion of women’s rights and urges women to raise their collective voice with more force, to defend total freedom and end any vestige of social submission, masculine or political, which is inexcusable in contemporary democracies. Through fighting directly against violations, through an active promotion of justice that values rights and education for the acceptance of difference, based in primary education, we can eliminate persistent discrimination in the Americas.
Bohio Atabei Mujeres guerreras indígenas Honrando a nuestros antepasados, reconstruyendo nuestras comunidades, explorando nuestros horizontes, salvaguardando nuestro futuro, celebrando nuestra cultura, con respeto por nuestro espíritu y toda la creación. Somos dueños de nuestro poder de ser.
Somos las Hijas de la Madre Tierra, la Yuka
y el Zemi Bendecida por el abuelo Guei (Sol)
nazidas del vientre de Atabeira Itibakahubaba nuestra madre Tierra.Explore nuestro mundo.
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